28/2/10

Con frecuencia, la preocupación de los pensamientos destinados a conseguir un determinado fin, no nos permite la plena
conciencia de nuestras posturas corporales.
La práctica de adquirir conocimiento de la adopción de posiciones es extremadamente difícil, pero muy favorable para
cambiar nuestros estados de ánimo. Es un hecho mundialmente conocido que cuerpo y mente interactúan de tal manera
que se influyen entre sí.
No podemos manifestar una emoción sin que ésta vaya acompañada de un cambio fisiológico. Los pensamientos afectan
nuestra fisiología de la misma manera en que ésta condiciona nuestro mundo interno y determina nuestro estado anímico.
Cambiar la fisiología puede afectar los procesos bioquímicos del organismo de manera positiva o negativa. Cuando no se
está pendiente de cambiarla, los efectos suelen ser negativos y conducen a un círculo vicioso. La postura de su cuerpo
afecta gravemente el estado de ánimo en el cual se encuentra: observe la manera en que está sentado en este momento.
Ahora, siéntese recto, lleve sus hombros del espaldar de la silla y mantenga la cabeza erguida. Al hacer esto, creará más
energía en su cuerpo, al mismo tiempo que continúa leyendo acerca de cómo la fisiología condiciona los estados de ánimo.
En cualquier momento, mediante un ejercicio sencillo, usted puede comprobar cómo se ve afectado su estado emocional
por la postura de su cuerpo. De una manera negativa: si usted deja caer sus hombros, comienza a inclinarse ligeramente
hacia delante, relaja sus músculos, respira superficialmente y se mantiene cabizbajo por unos cuantos minutos, podrá
experimentar lentamente cómo sus sentimientos se harán más y más depresivos.
Si usted adopta actitudes de desgano y cansancio, experimentará cómo se le van las fuerzas y decae su estado anímico.
Ahora compruebe la otra cara de la moneda. De una manera positiva: si usted adopta una postura derecha, especialmente
en el cuello y la cabeza, respirando profundamente, y luego abre los brazos y sonríe, podrá notar cómo, por lo menos, recupera
su humor y una visión más positiva de la vida.
A veces no resulta fácil despojarse de los problemas que abruman nuestra conciencia y de encontrar un minuto para sonreír,
pero hacerlo puede afectar la manera en que usted sobrelleva los momentos difíciles del curso de la vida cotidiana.
La comunicación no verbal es extremadamente crucial entre los seres humanos: despierte su cuerpo de manera consistente
y aprenda a situarse en estados placenteros, y observará que usted se comportará, sea en un ambiente laboral o social, como
si aquel fin determinado que tanto lo preocupa conseguir ya está ocurriendo.
Cambie sus emociones
Pregúntese si alguna vez ha visto usted a una persona que se siente plenamente feliz, mirando hacia abajo, con el cuerpo
ladeado, los hombros encogidos y con una mirada vaga, representando el famoso papel de víctima por el cual hay que sentir
cierta compasión. Lo más probable es que no. Cualquier persona puede seguir sintiéndose bien si ya se ha lo ha hecho antes.
No es difícil lograrlo si usted tiene conciencia de que puede utilizar su cuerpo como una herramienta para cambiar su estado
de ánimo. El movimiento controlado del cuerpo constituye la imagen de una mente en posesión de sí misma. Dirigiendo la
atención a la postura de su cuerpo, logrará dominar la prisa nerviosa de los movimientos al caminar, y las distorsiones inútiles
y perjudiciales.
Además, evitará malformaciones al sentarse o tenderse, que luego requerirán tratamiento médico, y evitará la fatiga inútil de
su cuerpo y su mente. Perfeccionando esta práctica, logrará más resultados positivos que negativos.

Con frecuencia, la preocupación de los pensamientos destinados a conseguir un determinado fin, no nos permite la plena conciencia de nuestras posturas corporales.
La práctica de adquirir conocimiento de la adopción de posiciones es extremadamente difícil, pero muy favorable para cambiar nuestros estados de ánimo. Es un hecho mundialmente conocido que cuerpo y mente interactúan de tal manera que se influyen entre sí.
No podemos manifestar una emoción sin que ésta vaya acompañada de un cambio fisiológico. Los pensamientos afectan nuestra fisiología de la misma manera en que ésta condiciona nuestro mundo interno y determina nuestro estado anímico.
Cambiar la fisiología puede afectar los procesos bioquímicos del organismo de manera positiva o negativa. Cuando no se está pendiente de cambiarla, los efectos suelen ser negativos y conducen a un círculo vicioso. La postura de su cuerpo afecta gravemente el estado de ánimo en el cual se encuentra: observe la manera en que está sentado en este momento.
Ahora, siéntese recto, lleve sus hombros del espaldar de la silla y mantenga la cabeza erguida. Al hacer esto, creará más energía en su cuerpo, al mismo tiempo que continúa leyendo acerca de cómo la fisiología condiciona los estados de ánimo.
En cualquier momento, mediante un ejercicio sencillo, usted puede comprobar cómo se ve afectado su estado emocional por la postura de su cuerpo. De una manera negativa: si usted deja caer sus hombros, comienza a inclinarse ligeramente hacia delante, relaja sus músculos, respira superficialmente y se mantiene cabizbajo por unos cuantos minutos, podrá experimentar lentamente cómo sus sentimientos se harán más y más depresivos.
Si usted adopta actitudes de desgano y cansancio, experimentará cómo se le van las fuerzas y decae su estado anímico. Ahora compruebe la otra cara de la moneda. De una manera positiva: si usted adopta una postura derecha, especialmente en el cuello y la cabeza, respirando profundamente, y luego abre los brazos y sonríe, podrá notar cómo, por lo menos, recupera su humor y una visión más positiva de la vida.
A veces no resulta fácil despojarse de los problemas que abruman nuestra conciencia y de encontrar un minuto para sonreír, pero hacerlo puede afectar la manera en que usted sobrelleva los momentos difíciles del curso de la vida cotidiana. La comunicación no verbal es extremadamente crucial entre los seres humanos: despierte su cuerpo de manera consistente y aprenda a situarse en estados placenteros, y observará que usted se comportará, sea en un ambiente laboral o social, como si aquel fin determinado que tanto lo preocupa conseguir ya está ocurriendo.
Cambie sus emociones
Pregúntese si alguna vez ha visto usted a una persona que se siente plenamente feliz, mirando hacia abajo, con el cuerpo ladeado, los hombros encogidos y con una mirada vaga, representando el famoso papel de víctima por el cual hay que sentir cierta compasión. Lo más probable es que no. Cualquier persona puede seguir sintiéndose bien si ya se ha lo ha hecho antes. No es difícil lograrlo si usted tiene conciencia de que puede utilizar su cuerpo como una herramienta para cambiar su estado de ánimo. El movimiento controlado del cuerpo constituye la imagen de una mente en posesión de sí misma. Dirigiendo la atención a la postura de su cuerpo, logrará dominar la prisa nerviosa de los movimientos al caminar, y las distorsiones inútiles y perjudiciales.
Además, evitará malformaciones al sentarse o tenderse, que luego requerirán tratamiento médico, y evitará la fatiga inútil de su cuerpo y su mente. Perfeccionando esta práctica, logrará más resultados positivos que negativos.

Con frecuencia, la preocupación de los pensamientos destinados a conseguir un determinado fin, no nos permite la plena conciencia de nuestras posturas corporales.
La práctica de adquirir conocimiento de la adopción de posiciones es extremadamente difícil, pero muy favorable para cambiar nuestros estados de ánimo. Es un hecho mundialmente conocido que cuerpo y mente interactúan de tal manera que se influyen entre sí.
No podemos manifestar una emoción sin que ésta vaya acompañada de un cambio fisiológico. Los pensamientos afectan nuestra fisiología de la misma manera en que ésta condiciona nuestro mundo interno y determina nuestro estado anímico.
Cambiar la fisiología puede afectar los procesos bioquímicos del organismo de manera positiva o negativa. Cuando no se está pendiente de cambiarla, los efectos suelen ser negativos y conducen a un círculo vicioso. La postura de su cuerpo afecta gravemente el estado de ánimo en el cual se encuentra: observe la manera en que está sentado en este momento.
Ahora, siéntese recto, lleve sus hombros del espaldar de la silla y mantenga la cabeza erguida. Al hacer esto, creará más energía en su cuerpo, al mismo tiempo que continúa leyendo acerca de cómo la fisiología condiciona los estados de ánimo.
En cualquier momento, mediante un ejercicio sencillo, usted puede comprobar cómo se ve afectado su estado emocional por la postura de su cuerpo. De una manera negativa: si usted deja caer sus hombros, comienza a inclinarse ligeramente hacia delante, relaja sus músculos, respira superficialmente y se mantiene cabizbajo por unos cuantos minutos, podrá experimentar lentamente cómo sus sentimientos se harán más y más depresivos.
Si usted adopta actitudes de desgano y cansancio, experimentará cómo se le van las fuerzas y decae su estado anímico. Ahora compruebe la otra cara de la moneda. De una manera positiva: si usted adopta una postura derecha, especialmente en el cuello y la cabeza, respirando profundamente, y luego abre los brazos y sonríe, podrá notar cómo, por lo menos, recupera su humor y una visión más positiva de la vida.
A veces no resulta fácil despojarse de los problemas que abruman nuestra conciencia y de encontrar un minuto para sonreír, pero hacerlo puede afectar la manera en que usted sobrelleva los momentos difíciles del curso de la vida cotidiana. La comunicación no verbal es extremadamente crucial entre los seres humanos: despierte su cuerpo de manera consistente y aprenda a situarse en estados placenteros, y observará que usted se comportará, sea en un ambiente laboral o social, como si aquel fin determinado que tanto lo preocupa conseguir ya está ocurriendo.
Cambie sus emociones
Pregúntese si alguna vez ha visto usted a una persona que se siente plenamente feliz, mirando hacia abajo, con el cuerpo ladeado, los hombros encogidos y con una mirada vaga, representando el famoso papel de víctima por el cual hay que sentir cierta compasión. Lo más probable es que no. Cualquier persona puede seguir sintiéndose bien si ya se ha lo ha hecho antes. No es difícil lograrlo si usted tiene conciencia de que puede utilizar su cuerpo como una herramienta para cambiar su estado de ánimo. El movimiento controlado del cuerpo constituye la imagen de una mente en posesión de sí misma. Dirigiendo la atención a la postura de su cuerpo, logrará dominar la prisa nerviosa de los movimientos al caminar, y las distorsiones inútiles y perjudiciales.
Además, evitará malformaciones al sentarse o tenderse, que luego requerirán tratamiento médico, y evitará la fatiga inútil de su cuerpo y su mente. Perfeccionando esta práctica, logrará más resultados positivos que negativos.